¿Sabes qué? Confiaba en ti. En que fueses mejor que tu antecesor 2011. Ese que hundió sin piedad los cimientos de nuestra vida, convirtiendo en mero polvo los sueños. Esperaba que dieses una lección a ese tal Destino, en quien nunca he creído, pero del que todo el mundo habla como alguien justo. Ya sabes, por eso de “recoges lo que siembras”. Pues no. Hoy estoy más cabreada que nunca, porque al que mejor le va es al que juega con los demás, dueño de la verdad y la mentira. Te nomino a los premios de la decepción total, junto al 2011 que si quiere puede acudir también. Recuerda que somos de esos que no se rinden nunca, y contigo o sin ti, vamos a hacer que nuestro mundo brille más que nunca.
Un saludoFirmado: Una sufridora de tu reinado, sin resentimientos ni rencores
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